Llegaron las celebraciones de fin de año. Hemos de decidir dónde y con quiénes pasaremos Navidad y Año Nuevo, qué haremos de cenar, a quiénes regalaremos algo, cuánto gastaremos, qué y dónde compraremos los regalos. Es la época que nos invita a convivir amorosamente con nuestros padres, hijos, suegros, hermanos, cuñados, tíos, sobrinos, abuelos, bisabuelos, es decir, con la familia propia, la de origen y la política. Sin embargo, para algunos no significa una afortunada oportunidad de saludar a los parientes, sino que representa la visita o el regalo obligado, la sonrisa o el beso no sentido. La época navideña tiene repercusiones psicológicas y emocionales en las personas porque para algunos puede ser una experiencia de mucha alegría, y para otros provoca estrés y ansiedad. Lo deseable sería hacer de estas fechas una experiencia disfrutable, o al menos, una oportunidad de crecimiento. El estrés y la angustia sentidos provienen de la falta de resolución a asuntos inconclusos o de hab...