Por Bertha Vasconcelos
berthavasconcelos@gmail.com
Me encanta cerrar ciclos. Cuando
se acaba un año, me entusiasma cerrar los círculos abiertos. De alguna manera
me siento obligada a cerrar lo inconcluso.
Estamos a punto de terminar otro
año lo cual representa el cierre de otro importante ciclo en nuestras vidas. Este
es justo el momento para recapitular y poner en perspectiva tanto los logros
como avances que hemos tenido a lo largo del año, así como proyectar nuestro
futuro.
Desde hace varios años tengo la
costumbre de ordenar mis cosas, hacer los arreglos de la casa que hagan falta,
comprar los regalos de Navidad y asistir a las reuniones de fin de año antes
del 15 de diciembre, un poco antes de la Navidad. Y esto lo hago, sobre todo
desde mi regreso a la ciudad de México, porque los que vivimos en grandes
ciudades, conocemos bien lo tumultuosas que se ponen las tiendas y lo temible
del tráfico debido a los conductores “neuras” y hostiles que circulan por la
calle. Al menos en esta ciudad, la época navideña no trae la esencia y
verdadero mensaje de la Navidad, sino que cae atrapada en el consumismo de las
compras navideñas de último momento y los problemas que imperan en la
sobrepoblada ciudad, incluyendo problemas internos o de relaciones no resueltos.
Basta con sentir el ambiente días antes de la Navidad en tiendas y en las
calles. Me causa tristeza que el espíritu navideño solo sea un slogan hueco para
muchas personas. Las personas rencorosas, envidiosas, sarcásticas, agresivas,
competitivas, egoístas, mentirosas, señores y señoras Scroodge, etc. etc., merecen
más nuestra compasión y oraciones que nuestro desdén, porque son personas muy
infelices, y algunas están enfermas.
CUENTA TUS VICTORIAS
Estas semanas antes de la Navidad
y Fin de Año, representan una excelente oportunidad para tomar el tiempo de
mirar hacia atrás, y enlistar todas aquellas metas que conseguimos, así como todos
los logros externos, ya sea laborales, profesionales, económicos, materiales, interpersonales
y de salud. Y además, es de suma importancia hacer algo, que desgraciadamente
no todas las personas hacen porque no dedican suficiente tiempo a la
auto-reflexión. Me refiero a observar los cambios internos positivos que hemos
tenido, tales como cambiar creencias, actitudes o pensamientos, cerrar
círculos, concluir pendientes, aprender a comunicarse mejor con los seres
queridos y resolver conflictos, soltar el control, adoptar nuevos hábitos hacia
el bienestar o salud, darse cuenta de que somos libres, de que tenemos poder
personal, que no somos víctimas, que podemos conseguir nuestras metas con
responsabilidad, aceptar lo que no se puede cambiar, etc. Quizá también pudiste
finalmente perdonar y dejar ir esos resentimientos que te carcomían. Y, ¿qué
hay de todos esos aprendizajes y lecciones que aprendiste de los sucesos
difíciles y retos que enfrentaste este año? Los errores y fracasos no son mas
que aprendizajes, lecciones aprendidas.
Todos esos cambios y aprendizajes
que algunos podrían no considerar valiosos, representan el tipo de cosas que sí
nos llevaremos cuando nos vayamos de este mundo. Cuando era más joven no me
percataba de la fragilidad de la vida. La madurez nos va dando un mejor sentido
de temporalidad, de que nos iremos tarde o temprano, y la vida continuará. No
nos llevaremos nada material, ni a nuestros seres queridos, solo nos llevaremos
nuestros dramas y berrinches o victorias internas, y nada más. Por ello vale la
pena preguntarse: ¿Qué quiero llevarme?
Si esta época te genera estrés,
ansiedad o depresión, te recomiendo leas el artículo que escribí en mi blog LA
EPOCA DECEMBRINA. http://www.psicologiaycoaching.com/2010/12/la-epoca-decembrina.html
TERMINA PENDIENTES
En el aspecto afectivo, si no lo
hemos hecho, es el momento más propicio para perdonarnos, perdonar y soltar
todo lo que lastima. Perdonar es una decisión consciente, difícil pero no
imposible. Perdonar no es olvidar, porque olvidaríamos las lecciones
aprendidas. Hay quienes arrastran con sus resentimientos y luchas de poder toda
su vida. Es como ver a un pequeño “hacer berrinche.”
Por otro lado, podemos recordar
que donde hay más amor, hay más expectativas. ¿Qué quiero decir? Esperamos
mucho más de los que amamos y nos aman, que de los conocidos y los menos
amigos. Pero estas altas expectativas nos lastiman cuando no recibimos lo que
esperamos de nuestros seres queridos, familiares y amigos. Y cuando nos damos
cuenta que somos nosotros mismos los que nos podemos dar el mayor amor, apoyo y
comprensión, - que ellos dan lo que pueden y quieren, a veces, es más lo que
pueden dar -, liberamos a nuestros seres queridos y a nosotros mismos. Al
darnos a nosotros mismos lo que necesitamos recuperamos nuestro poder personal y
sentimos la mayor liberación posible. Y dejar a los demás con sus amarguras y rencores
nos libera a ambas partes.
Este es un buen tiempo para
cerrar temas inconclusos lo que servirá de plataforma para los proyectos del año
entrante. Pero, llegada la Navidad también es tiempo de posponer los planes que
ya no pudieron concretarse sin sentirse derrotado.
PROYECTA TU FUTURO
También es el tiempo de proyectar
nuestros sueños. De planear metas y objetivos para el siguiente año. Atreviéndote
a soñar más allá de lo que has pensado, dejando volar la imaginación en
dirección a sueños y objetivos que jamás te has atrevido a imaginar. Es el
momento de proyectar tu futuro, con personas, actividades y objetivos que
apenas pensaste posibles. Tal vez solamente no te has dado cuenta que están más
cerca de lo que imaginas. Tal vez tan solo que no los has visto.
Este es el tiempo de establecer
metas, escribir propósitos y los deseos para el año siguiente:
- Metas.- Son objetivos claros, definidos y fácilmente medibles al finalizar el año para evaluar si se lograron o no. Ejemplos: Ahorrar determinada cantidad de dinero para un viaje o para el enganche de una casa; inscribirse para estudiar una maestría, comprar un nuevo celular, computadora, auto o casa; terminar la tesis; bajar X kilos, etc.
- Propósitos.- Son determinaciones que no son fácilmente medibles. Ejemplo: Hacer ejercicio o caminar diario; asesorarse para iniciar un negocio; mejorar la alimentación; dormir mejor; divertirse más; ahorrar el 10% de los ingresos, etc.
- Deseos.- Son aquellas cosas deseables, que no dependen de nosotros para que sucedan. Ejemplos: Mayor armonía en mi familia; salud para todos los miembros de mi familia, etc.
Otra forma de planear el próximo
año es escribir:
- ¿Qué quiero?
- ¿Qué deseo?
- ¿Que necesito?
POR ULTIMO
Despide el ciclo con satisfacción
y agradecimiento. Prepárate para recibir el nuevo ciclo con entusiasmo y
alegría. Y recibe el nuevo ciclo como una naciente etapa en tu vida con ilusión
y nuevas metas, abierto a las sorpresas y regalos que la vida nos da, porque
todo al final, es para nuestro crecimiento.
¡Felices fiestas! ¡Y que el 2015
traiga a tu vida múltiples bendiciones, prosperidad, salud y más de lo que te
hace feliz!
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