Por Bertha Vasconcelos
Para recibir hay que dar
Hace unos días reencontré una frase que me recordó este tema: "No se ruega atención, amor, amistad ni cariño." Es fundamental que si deseamos que nuestras relaciones
sean sanas, seguras, honestas y confiables, ante todo necesitan ser recíprocas.
La reciprocidad no es un concepto que yo haya
inventado, sin embargo, es algo que comprendí a profundidad hace algunos años. De
haberlo aprendido antes, me habría ahorrado muchos tragos amargos. Ciertamente entender
qué es la reciprocidad ayuda a evitar malas experiencias, incluyendo desilusiones
y traiciones innecesarias, porque permite modular las expectativas que tengamos
de alguna persona, así como nos permitirá aplicar una dosis sana de cautela al
inicio de toda relación de pareja o amistad.
Los términos de justicia, equidad,
equitativo, equilibro, balance e igualdad definitivamente se relacionan con el significado de la reciprocidad, que usaré dentro del contexto de las
relaciones humanas.
Recordemos que toda relación es de dos, es decir, que uno tiene el
50% de la responsabilidad de cultivarla y mantenerla. Pero, también aplica en
los casos de relaciones casuales, temporales o esporádicas, como una
recepcionista o vendedor, porque cada parte tiene su propia responsabilidad,
al menos de respetar a la otra persona.
Reciprocidad en la amistad
Hablemos primero de la amistad. Veamos
dos casos de amistad. El primer caso es una amiga que nunca te llama, pero se
mantiene en contacto a través de mensajes y se interesa genuinamente
cuando estás enfermo o tienes un problema. El segundo trata de una amiga que
únicamente te llama cuando tiene un problema y necesita de tu consejo, o bien,
tú eres el que siempre habla primero, y solo te llama para reportarse. Creo que está bien clara
la reciprocidad en ambos casos. Deja de llamar a la amiga del segundo caso, y espera
a que te llame ella. Me encantaría que no te quedes esperando toda la vida, pero si no te
llama ahí tienes tu respuesta. En este caso, tienes varias alternativas, entre
ellas, sin decir nada puedes alejarte o poner mayor distancia. En la mayoría de
los casos, no ganas nada con decirle algo a tu amiga porque ni siquiera te
entenderá; así es ella y no cambiará. En el caso de que haya cariño, y
charlar con ella te enriquece, podrías continuar igual, pero sabiendo y aceptando
que esta persona no cambiará. Te aseguro que de esta manera ya no estarías en
desventaja y no te sentirías utilizado. Recuperas tu poder personal porque tú eres quien
hace que esta relación sea más o menos recíproca. La conciencia nos da poder personal.
Las mujeres fuimos socializadas
para expresar y hablar de nuestras emociones. Por ejemplo, si una amiga no
comparte contigo sus sentimientos, y tu sí le estás compartiendo los tuyos, nos
encontramos ante una relación no recíproca. Es una relación superficial,
mantenida así por la persona que no comparte de sí misma, porque tal vez vive a
la defensiva y se coloca una máscara o barrera para no ser lastimada. En tal caso,
necesitamos estar alertas y saber que esa persona está manteniendo la relación
en la superficie, entonces se recomienda mantener la relación en el mismo nivel
de intimidad para hacerla una relación recíproca. Lo mejor que podría suceder es que con el
tiempo se desarrollará una mayor confianza lo que les permitiría cultivar una
relación más profunda, de verdadera amistad.
Las parejas actuales se beneficiarían si conversaran ampliamente y dejaran muy claro para el otro lo que significa para cada uno recibir en proporción a lo que dan. Por ejemplo: fidelidad, sexo, romance, labores de la casa, lo económico, tiempo de pareja, cuidar y educar a los hijos, etc.
En la actualidad algunos desean que el dar de su pareja sea exactamente igual a lo que da. Eso es imposible, ya que las personas aman y dan de diferentes maneras de acuerdo a su personalidad, historia y estilo de apego. Si alguno o ambos construyen una realidad
privada al excluir a su pareja de sus verdaderos sentimientos, no contribuirá a
la reciprocidad. La psicoterapia permite aprender a
comunicarse, como desarrollar mayor intimidad y compromiso a fin de mantener la
relación. En el artículo LA
RELACIÓN DE PAREJA DURADERA, escribí: Si no se
comparte lo que nos incomoda de sus acciones, las personas se van alejando con
el tiempo hasta llegar a ser extraños. Se acumula resentimiento y el amor se
“entierra.” Recuerda que si no eres completamente sincero no puedes esperar
que la otra persona lo sea. Existen mayores probabilidades de que si eres
sincero obtengas lo mismo. Y cuando hablo de ser sincero me refiero a compartir
opiniones y el verdadero sentir. Es preciso comunicar sin herir, pero también es
indispensable no guardarse cosas que puedan afectar la relación negativamente y favorecen que se acumulen resentimientos.
No es fácil porque implica aprender nuevas habilidades que tal vez nuestros padres ni la sociedad nos enseñaron.
Concédeme la
oportunidad de hacer valer
mi derecho de conocer mis errores
para así poder analizarlos y corregirlos
Patricia García
Vasconcelos
Mi hermana mayor escribió la frase anterior hace muchos años y
considero que es muy acertada en cuestiones de pareja. A fin de lograr
una mejor relación y reciprocidad es necesario aprender a comunicarse de manera
diferente. Haz el siguiente ejercicio y pregúntate: ¿Soy capaz de transmitir mis
pensamientos y sentimientos más íntimos sin herir a nadie ni sentirme
extremadamente vulnerable? Estoy segura que la mayoría de los lectores dirán
que no, así que es momento de desaprender para aprender. Otra habilidad necesaria en las relaciones es percibir las señales a tiempo para no desbordarnos ni embarcarnos en
relaciones sin antes reflexionar. Tampoco es pertinente caer en la codependencia que es todo un tema aparte.
Para recibir hay que dar, pero este
acto también conlleva dar equitativamente y no desbordarse, porque el que se
desborda no necesariamente expresa su amor, sino que manifiesta una gran necesidad de afecto, aceptación o aprobación. El riesgo es que permite a la persona
hambrienta de amor colocar las bases para ser manipulado o manipular al ser amado, de manera consciente o inconsciente. Tampoco
se trata del famoso “toma y daca”, el típico “solo si me dan, doy,” lo que
Erich Fromm definió como amor mercantilista en su libro El Arte de Amar.
- Conocer a las personas respecto a lo qué pueden y no pueden dar, permite que nuestras expectativas sean objetivas y evita que fantaseemos.
- Establecer límites bien definidos en todas nuestras relaciones para que los demás nos respeten y no los trasgredan.
- Confiar en las personas sin ponerse vendas en los ojos.
Al final la vida siempre regresa multiplicado
lo que damos de manera incondicional, inclusive a través de personas de
quienes menos lo esperábamos. Podemos
dar a una persona que no corresponde, pero a la vuelta de la vida, otra
persona pareciera que nos devolverá eso que dimos.
Establece una relación de reciprocidad en todas tus relaciones
No podemos vivir desconfiados del mundo y pensar que todas las personas desean hacernos daño, por lo que no es necesario ponernos barreras o armaduras arbitrariamente. Vivir en autenticidad es más disfrutable que estar cuidándonos de los demás.
Analiza tus relaciones no consanguíneas y donde no haya jerarquías, porque es muy importante que éstas sean recíprocas para tu propio bienestar: pareja, amistades, vecinos, compañeros de escuela y de trabajo:
- ¿Das el cien por ciento del 50% que te corresponde?
- ¿Qué tanto das en tus relaciones? ¿Das más del 50%?
- ¿Tus relaciones son recíprocas, equitativas?
- ¿Existe un equilibrio entre lo que das y recibes? Tampoco intentes medir el dar y recibir de manera matemática, creo que es más difícil medir las relaciones cuantitativamente, más bien podemos evaluarlas de manera cualitativa, por su calidad.
- ¿Qué tanto las personas con quienes compartes tu sentir también lo hacen contigo?
- ¿Quiénes de tus amistades ponen barreras para conocerse mejor?
- ¿Quiénes mantienen una relación superficial contigo?
- ¿Con quienes es más seguro mantener una relación social?
- ¿Con quienes puedes abrir tu verdadero sentir respecto a temas más íntimos (tus emociones, opiniones, pensamientos)?
Comprender qué es la reciprocidad
nos permitirá crear y mantener relaciones sanas, perdurables y sinceras, a
pesar de que algunas personas no sean del todo honestas. Siempre tenemos la libertad de elección y el poder personal de hacer recíprocas todas nuestras relaciones.
Lecturas recomendadas:
- Manejo de Emociones en la Mujer, Bertha Vasconcelos
- Libérate de la Codependencia, Melody Beattie
- El Arte de Amar, Erich Fromm
- Los 5 Lenguajes del Amor, Gary Chapman
- Maneras de Amar, Amir Levine y Rachel Heller
NOTA: Este artículo tiene Copyright pero puedes compartirlo si me das el crédito como autora.



No hay comentarios:
Publicar un comentario