14 de enero de 2011

A las madres y padres de niños y adolescentes:


Alienta los talentos de tus hijos, sin dejar de establecer límites y consecuencias. Permíteles explorar cada uno de ellos sin inflar su ego innecesariamente con elogios magnificados ni comentarios absurdos acerca de sus habilidades y proezas. Que tu alabanza sea específica, sincera y racional. El objetivo es construir su autoestima, crearles un autoconcepto positivo de tal forma que sientan confianza en sus habilidades y en sí mismos, así como el que aprendan a conocerse, aceptarse y sentirse cómodos con cada uno de sus aciertos pero también con sus fallas. Esto facilitará que persigan sus sueños con certeza de que pueden materializarlos. Por otro lado, si tienes expectativas demasiado altas o divergentes a los intereses de tus hijos, los hará perfeccionistas y a tener una tolerancia a la frustración tan baja que se odiarán a sí mismos si no pueden alcanzarlas. Esto también generará en ellos obsesividad y angustia, a tal grado que pospondrán la realización de sus sueños por temor al fracaso o al error. Se les dificultará comprometerse con sus proyectos así como el concluirlos.

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