Por Bertha Vasconcelos
Durante las últimas semanas, pareciera que se ha incrementado el enojo y la irritabilidad en las personas. Baja tolerancia a la frustración, explosiones de ira y peleas suceden por doquier. Nos enojamos fácilmente y perdemos el control ante la frustración o el no conseguir lo que queremos. La molestia es racional pero la ira sin control es otra cosa. Lo peor de todo es que se añade a la conciencia colectiva de frustración, rabia y violencia.
Muchas personas creen que “no andarse con medias tintas" es sano. Desgraciadamente el pensamiento “todo o nada” o “blanco o negro,” conocido también como pensamiento polarizado o el absolutizar es una forma de distorsión del pensamiento. Para entenderlo mejor recordemos a esas personas que no ven los tonos grises. Se conoce como tener una visión de túnel. Las personas perfeccionistas o rígidas piensan de esta forma, así como las personas paranoides, esquizoides y con rasgos narcisistas. El Dr. Aaron Beck, psicólogo cognitivo e investigador, postula que nuestra sociedad es prisionera del odio, el cual es una variante del enojo. Por lo que absolutizar conduce irremediablemente al odio, conducta basada en la ira, la intolerancia y las creencias irracionales.
Por ello, las personas que enjuician o satanizan a otras, tienden a tener este tipo de pensamiento. Son aquellas que elevan al prójimo como un ideal, para crucificarlo después. Se basa en un pensamiento irracional que procede de una premisa o conclusión falsa al hacer razonamientos, es decir al pensar. Por ejemplo:
Todo lo que vivimos se almacena en el subconsciente. Buenas o malas experiencias. Si alguien te critica o te intimida, esa experiencia se guarda ahí y podría afectarte de diversas maneras, tanto a tu prosperidad como en la confianza en ti mismo. Si has sido víctima de este tipo de enjuiciamientos, revisa de qué forma te afectó y valida tu sentimiento (enojo, tristeza, impotencia, ansiedad, miedo, etc.) para que esas emociones no vayan a influir en tus logros.
¿Quiénes se creen esas personas para juzgar a la ligera? ¿Con que derecho se sienten para emitir juicios y opiniones que solo corresponden a sus propias interpretaciones? Al verse reflejadas en otros, no se dan cuenta que son ellas mismas a quienes están viendo y proyectando hacia afuera lo que prefieren o no pueden ver dentro de sí mismos.
Nuestra cultura sufre de narcisismo extremo. Una forma de vivir sin importar el prójimo, sin empatía, sin compasión, matizada de violencia emocional obvia o sutil. Hace y dice sin tomar en consideración sentimientos ni opiniones de los demás. Narciso veía reflejada su imagen en el agua y no podía dejar de verla, pero al no diferenciarse a sí mismo de la imagen reflejada, no comprendió que el otro no era él. Así que el otro, el no-Yo, no importa, no existe. Cuántas sensibilidades destrozadas y talentos perdidos encontramos en el camino, víctimas primero de sus padres narcisistas, y/o después de sus parejas o jefes.
Solo nos queda sanarnos a nosotros mismos, fortalecernos interiormente y aprender a enfrentar este tipo de situaciones cuando esas personas son parte de la familia, o alejarnos de los que juzgan a la ligera porque no pueden ni podrán ser amigos leales o parejas amorosas. Todo tipo de violencia, llámese física, verbal o emocional intoxica y es injustificada, por lo que es preciso poner distancia sana de esas personas.
Es necesario identificar y cambiar nuestra forma de pensar para sanar. Cuando cambiamos esa distorsión del pensamiento, nuestro subconsciente se puede reprogramar a cuestiones más positivas en lugar de quedarnos en las situaciones o con personas negativas que se cruzan en nuestro camino. Para vivir en armonía, podemos reprogramar nuestro subconsciente. Cada vez que pensamos en algo negativo, nos enganchamos a esto y dejamos de vivir en el aquí y ahora. El presente es lo único que tenemos para crear la vida que deseamos. El Dr. Wayne Dyer recomienda usar los últimos 5 minutos antes de dormir en pensar en todo lo agradables que vivimos, en lo que tenemos, y cuando despertemos atraeremos a nuestra vida eso mismo. Si no estamos pensando claro porque estamos sumamente enojados, mejor no abrir la boca porque seguro el arrepentimiento sobrevendrá.
Pensar en lo que deseamos en nuestra vida y no en lo que nos disgusta es un buen principio. Como humanidad, es urgente desarrollar la tolerancia a la frustración y el control de los impulsos, pero nunca permitir la violencia de cualquier índole.
Si alguien está enojado contigo de manera que parece más odio que ira y no puedes mejorar la situación, se recomienda soltar y alejarte de esa persona. Depura tus relaciones para erradicar la toxicidad en tu vida.
Referencias
Beck, A. Prisioneros del Odio.
En este blog busca mis artículos:
- Tolerancia a la Frustración Primera Parte
- Tolerancia a la Frustración Segunda Parte
- Por que es tan Difícil Manejar el Enojo.
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