Por Bertha García Vasconcelos
Este artículo tiene Derechos Reservados según la Ley de Derechos de Autor. Ud. tiene permiso para compartir este artículo siempre y cuando incluya el link del blog y el nombre de la autora.
Aceptarse por completo es uno de los sentimientos más poderosos y profundos que los seres humanos podríamos llegar a sentir. Si toda la humanidad lo lograra, aun en condiciones extremas, seguramente que los médicos, sanadores, psicoterapeutas y coaches ya no seríamos necesarios.
Existen investigaciones que demuestran que la falta de aceptación de sí mismo provoca bloqueos a nivel emocional, los cuales a su vez originan problemas y desequilibrios psicológicos y físicos, como depresión, ansiedad, cáncer, enfermedades cardiovasculares, digestivas, etc.
Ya habíamos mencionado en este blog, que el Dr. Albert Ellis, psicoterapeuta, autor y creador de la Terapia Racional Emotiva, afirma que lo primero que hay que hacer para sentirse mejor es aceptarse incondicionalmente, con todas nuestras imperfecciones, problemas, y aun, con los trastornos emocionales que se padezcan. Ellis afirmó que “de no aceptarse, las personas se despreciarán a sí mismas, se deprimirán o enojarán aun más.”
Comprenderse a sí mismo es el paso anterior a la aceptación. Conocer la historia personal, familiar y cultural permite identificar de donde viene uno. El cuerpo, cerebro, hormonas, padecimientos, enfermedades, ciclos, ADN, etc. imprimen al ser características particulares que hacen que las personas reaccionen o se sientan de determinadas maneras, a pesar del enorme disgusto que pudiesen producirle estas sensaciones.
Por otro lado, tememos secretamente que la gente no nos acepte por lo que realmente somos o sentimos porque nosotros mismos no nos aceptamos. Aceptarse a sí mismo involucra aceptar aquello que no podemos reconocer como nuestro, o que en caso de verlo, lo rechazamos, tales como sentir emociones negativas (odio, rencor, ira, cobardía, envidia); mostrar conductas infantiles, impulsivas, manipuladoras, cometer errores repetitivos, engancharnos en conflictos, etc.
Cuando se presenta una situación recurrente, podemos odiarnos a nosotros mismos por repetir las mismas acciones o podemos elegir el pensar y actuar de manera diferente a lo que hemos hecho en el pasado. La vida nos brinda la oportunidad de volver a empezar todos los días. Podemos empezar de cero sin odiarnos por nuestros errores y fallas. En nuestro más íntimo interior, intuimos nuestras equivocaciones pasadas, aunque no las tengamos plenamente conscientes. Porque de tenerlas conscientes, tal vez ya las habríamos corregido. Nos sorprende de nosotros mismos caer una vez más en la misma situación que detestamos porque nos pone a prueba… otra vez.
Para aceptar a los demás, necesitaríamos antes que nada aceptarnos a nosotros mismos a fin de comenzar a sanar todas nuestras relaciones. ¿Te aceptas completamente, con tus fallas y defectos? Entonces podrás aceptar a los demás con sus fallas y defectos.
El que no se acepta a sí mismo, alberga en su interior odio a sí mismo que puede culminar en el deseo de morir o el suicidio mismo. La prueba máxima de la falta de amor a sí mismo
es el suicidio.
Cuando logramos aceptarnos completamente como somos, encontraremos menos obstáculos para realizar nuestros proyectos y sueños. Podemos comenzar a aceptar nuestras imperfecciones naturales, todo aquello que nos hace únicos, para experimentar el amor incondicional hacia uno mismo.
Mi pregunta para ti hoy es: ¿Podrías dejar de lacerarte y comenzar a aceptarte incondicionalmente tal como eres?
Este artículo tiene Derechos Reservados según la Ley de Derechos de Autor. Ud. tiene permiso para compartir este artículo siempre y cuando incluya el link del blog y el nombre de la autora.
Aceptarse por completo es uno de los sentimientos más poderosos y profundos que los seres humanos podríamos llegar a sentir. Si toda la humanidad lo lograra, aun en condiciones extremas, seguramente que los médicos, sanadores, psicoterapeutas y coaches ya no seríamos necesarios.
Existen investigaciones que demuestran que la falta de aceptación de sí mismo provoca bloqueos a nivel emocional, los cuales a su vez originan problemas y desequilibrios psicológicos y físicos, como depresión, ansiedad, cáncer, enfermedades cardiovasculares, digestivas, etc.
Ya habíamos mencionado en este blog, que el Dr. Albert Ellis, psicoterapeuta, autor y creador de la Terapia Racional Emotiva, afirma que lo primero que hay que hacer para sentirse mejor es aceptarse incondicionalmente, con todas nuestras imperfecciones, problemas, y aun, con los trastornos emocionales que se padezcan. Ellis afirmó que “de no aceptarse, las personas se despreciarán a sí mismas, se deprimirán o enojarán aun más.”
Comprenderse a sí mismo es el paso anterior a la aceptación. Conocer la historia personal, familiar y cultural permite identificar de donde viene uno. El cuerpo, cerebro, hormonas, padecimientos, enfermedades, ciclos, ADN, etc. imprimen al ser características particulares que hacen que las personas reaccionen o se sientan de determinadas maneras, a pesar del enorme disgusto que pudiesen producirle estas sensaciones.
Por otro lado, tememos secretamente que la gente no nos acepte por lo que realmente somos o sentimos porque nosotros mismos no nos aceptamos. Aceptarse a sí mismo involucra aceptar aquello que no podemos reconocer como nuestro, o que en caso de verlo, lo rechazamos, tales como sentir emociones negativas (odio, rencor, ira, cobardía, envidia); mostrar conductas infantiles, impulsivas, manipuladoras, cometer errores repetitivos, engancharnos en conflictos, etc.
Cuando se presenta una situación recurrente, podemos odiarnos a nosotros mismos por repetir las mismas acciones o podemos elegir el pensar y actuar de manera diferente a lo que hemos hecho en el pasado. La vida nos brinda la oportunidad de volver a empezar todos los días. Podemos empezar de cero sin odiarnos por nuestros errores y fallas. En nuestro más íntimo interior, intuimos nuestras equivocaciones pasadas, aunque no las tengamos plenamente conscientes. Porque de tenerlas conscientes, tal vez ya las habríamos corregido. Nos sorprende de nosotros mismos caer una vez más en la misma situación que detestamos porque nos pone a prueba… otra vez.
Para aceptar a los demás, necesitaríamos antes que nada aceptarnos a nosotros mismos a fin de comenzar a sanar todas nuestras relaciones. ¿Te aceptas completamente, con tus fallas y defectos? Entonces podrás aceptar a los demás con sus fallas y defectos.
El que no se acepta a sí mismo, alberga en su interior odio a sí mismo que puede culminar en el deseo de morir o el suicidio mismo. La prueba máxima de la falta de amor a sí mismo
es el suicidio.
Cuando logramos aceptarnos completamente como somos, encontraremos menos obstáculos para realizar nuestros proyectos y sueños. Podemos comenzar a aceptar nuestras imperfecciones naturales, todo aquello que nos hace únicos, para experimentar el amor incondicional hacia uno mismo.
Mi pregunta para ti hoy es: ¿Podrías dejar de lacerarte y comenzar a aceptarte incondicionalmente tal como eres?
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