21 de junio de 2010

CRECER DUELE




Por Bertha Vasconcelos

Un día te das cuenta que ya no encajas en los círculos sociales que antes frecuentabas. Tal vez te has dado cuenta que eres muy diferente al resto de los miembros de tu familia de origen. Estás dejando a la persona que eras, porque te has encontrado a ti mismo. Es tiempo de devolver las creencias y programaciones que no son tuyas a cada uno de sus dueños - madre, padre, abuelos, tíos, maestros. Vives duelos por la pérdida de ideas que introyectaste, que tragaste sin asimilar. Ideas con las que creciste, con las que te alimentaste por muchos años. Hoy te liberas. Al fin te conviertes en ti mismo, en el ser que realmente eres.
Estás al inicio de una nueva vida, y no sabes hacia donde ir. Hay tantas opciones. Ante ti se ofrece un panorama tan vasto que se te dificulta elegir un camino. Sin embargo, te sientes libre, liberado. Ya no cargas con basura, con fango ni lamento ajeno. Dolió, pero has crecido. Todo es tan nuevo. Las nuevas circunstancias te exigen nuevas habilidades. Surge la necesidad de crearte una familia propia o una red social más adecuada a tus valores y manera de pensar. Por un momento te sientes solo. ¿A quienes recurrir? ¿Quiénes serán tus nuevos amigos?

Poco a poco te das cuenta que no tienes que dejar nada ni a nadie. Quizá la mejor alternativa sea transformarte, cambiar hábitos, redefinir límites con los demás, renovarte, comenzar de nuevo, si quieres, de cero.

Y así, poco a poco crearás tu vida, la vida que deseas, aunque lleve años. Posiblemente solo te lleve algunos meses.

Duele darte cuenta de tu sombra y de la sombra de los demás, especialmente de tus seres más queridos. Aceptarla como parte de ti, te permite incorporar aspectos reprimidos y rechazados de tu ser único. Una vez que te aceptas completamente, regresa la calma. Podrás aceptar también la sombra de los demás y de la misma humanidad.

Al final te das cuenta que eres un ser maravilloso, único, lleno de cualidades, pero también defectos. Contradictorio, lleno de sueños, pero también de dudas e inquietudes por resolver. Pero, ello no te hace menos valioso. Tu ser es así. Un diamante puliéndose a sí mismo.
Si hoy sientes dolor porque estás creciendo, felicítate y llénate de regocijo por todo lo que te has dado cuenta, porque has abierto los ojos. A partir de este momento, tu vida será más plena, no más fácil, pero si más placentera. La consciencia ilumina y permite ver con claridad lo que antes no se veía

Crecer duele, pero no mata. Es temporal.

Copyright @ Bertha Vasconcelos

2 comentarios:

BV dijo...

Lupita Rodriguez me envio este bello mensaje:

"Que manera tan hermosa de definir el despertar... me conmovio muchisimo, recordé mi proceso...completo...maravilloso...doloroso pero al final tan liberador... del que por cierto, fuiste parte taan importante..gracias!

Nota: Tu blog quedó fantástico, me encanto...felicidades!

Un gran abrazo!

Mario Rojas dijo...

Gracias, de verdad. Esta lectura es ese tipo de "cosas" en el mundo las cuales se deben compartir, quizá las escriba para uno mismo pero no se sabe cuanto le servira a otras personas, que espectacular hacer algo en la vida que te sirva a ti y que a su vez puedan otras personas enriquecerce de ello. Gracias, de verdad!