3 de septiembre de 2012

VIVIR EN SIMPLICIDAD



Por Bertha Vasconcelos

Hoy deseo hablar sobre simplicidad, una tendencia mundial que está surgiendo como respuesta a la vida acelerada que es el resultado del consumismo y materialismo, principalmente en las grandes ciudades. Ya que parece que el tiempo vuela y, con frecuencia, un día es insuficiente para lograr todo lo que deseamos hacer, me he hecho dos preguntas:
1. ¿Estaremos dedicando suficiente tiempo a concretar nuestros sueños y metas?
2. ¿Estaremos pasando suficiente tiempo en cantidad, no solo calidad, con nuestros seres más queridos?

Desde hace muchos años, cuando yo vivía en Estados Unidos me di cuenta que por un lado nos hemos simplificado la vida con el desarrollo de la tecnología, pero por otro la hemos complicado en muchos sentidos. Nada más observe los trámites bancarios o gubernamentales de todo tipo, que son tan engorrosos y absorben mucho de nuestro valioso tiempo por su ineficiencia. Nada más recordemos la gran cantidad de papeles que manejamos cotidianamente, entre los estados de cuenta bancarios, luz, agua, teléfono, celular, gas, tarjetas de crédito, publicidad, etc. No se diga en México la cuantiosa cantidad de papeles (facturas, recibos, etc.) que se requieren para soportar las declaraciones de impuestos, y que además, debemos guardar durante varios años. Alguien me decía que vivíamos en un “mundo de papel”, lo cual afortunadamente comienza a disminuir con la conciencia de protección ambiental, internet y los archivos electrónicos

En cada mudanza que he realizado por mis cambios de residencia, ocho para ser exactos, a fin de hacerlos más ágiles me he desecho de muchas cosas materiales. Ello me ha enseñado a desapegarme de lo material, y reconozco que aun continúo simplificando al máximo mi vida. Por ejemplo, el tener la ropa ordenada por color y prenda o por temporada; guardar todos los artículos semejantes en un mismo lugar; tener carpetas o archivos con información ordenados alfabéticamente o por temas; conservar solamente lo que tiene uso presente o futuro funciona para tener más lugar y orden. La simplicidad y lo práctico del minimalismo actual ha disminuido, en general, la necesidad por acumular posesiones materiales (adornos, cristal cortado, figuras de Lladró y porcelana, gobelinos, muebles, etc.) como lo hicieron las familias en el pasado. Esto es parte de la nueva tendencia a la simplicidad.  

Para llevar una vida simple y más relajada, se requiere:

1º. Identificar lo que nos es más importante.
2º. Establecer nuestras prioridades, a fin de
3º. Dedicarles mayor atención y tiempo.

Pero, ello no es posible sin soltar el control y los apegos, me refiero a esa necesidad obsesiva de que la vida y los demás sean como queremos que sean.

Recomiendo leer a Mihaly Csikszentmihalyi, autor de “Aprender a Fluir” y uno de los principales exponentes de la Psicología Positiva, dado que ha encontrado que las personas son más felices cuando están en un estado de fluir, pero también son más creativas y eficientes.

En el libro “Las 7 Leyes Espirituales del Éxito” de Deepak Choppra, encontramos que la cuarta es la Ley del Menor Esfuerzo, la cual resumo de la siguiente manera:

Aceptación: Aceptar a las personas, situaciones, circunstancias y hechos tal como se presentan en este momento porque éste es como debe ser.

Responsabilidad: No culpar a nadie, a nada ni a mí mismo de mi situación. al hacerlo, aflora mi capacidad para responder creativamente a la situación, tal cual es en este momento. Reconocer que en todo problema hay un principio de oportunidad.

Renuncia: Asumir una actitud no defensiva. Renunciar a la necesidad de convencer o persuadir a los demás que estoy en lo correcto.

Estos tres principios me han servido para fluir con la vida así como es. Mientras más fluimos más logramos, es decir, hacemos más con menos esfuerzo. Pruébelo y le garantizo que su vida será más simple...y mucho más tranquila y feliz.

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