¿ESTÁS LISTO PARA SALIR DE TU ZONA DE CONFORT?

Por Bertha Vasconcelos

Por fin te diste cuenta que para sentirte más pleno, libre, saludable, tranquilo y feliz necesitas hacer cambios en tu vida. Tal vez podrías aprender algo nuevo, unirte a un grupo, buscar un nuevo trabajo, estudiar algo que te actualice, ganar más dinero, poner límites, apaciguar tu impulsividad, buscar ayuda, etc. Sin embargo, el solo hecho de pensar en hacer algún cambio a tu rutina actual, horarios, hábitos o creencias, te da “flojera.” Suspiras deseando que sería más fácil que los demás cambiaran y no tu. En realidad, no sientes flojera sino resistencia o miedo al cambio. Cuando salimos de nuestra zona de confort, en lugar de salir a la zona de aprendizaje entramos a una zona de pánico. Sí, leíste bien: ¡Pánico! Aunque lo disfraces muy bien con cualquier buen pretexto que sirva de justificación para ti y los demás, en el trasfondo, es miedo.

¿Sabías que el miedo paraliza los circuitos neuronales de la motivación? Por otro lado, si solo te enfocas en lo malo que puede suceder, se cierra la fuerza motivacional en tu cerebro, se echa a andar el miedo y ¡recrearás más de eso mismo que no deseas en tu vida! Por ejemplo: Tu economía actual es consecuencia de una decisión que tomaste o no en el pasado. Si tienes miedo, recrearás eso mismo. Si deseas mejorar tus finanzas necesitas tomar decisiones diferentes y poner a un lado el miedo que te impide ser creativo.

Los seres humanos nos sentimos tranquilos con lo que nos es familiar porque ya lo conocemos, por más aburrido, estresante, violento o desagradable que pueda ser. La frase “No hagan olas” es una expresión muy a doc para expresar la zona de confort. Esta es una zona inconsciente para ti, la cual te grita: “¡No quiero salir de mi zona de confort!” Te dice: “No vayas, no te levantes, no hables, no pienses, no sientas, no luches, no te esfuerces”. En dos palabras: “¡No cambies!" La resistencia al cambio te obliga a mantenerte en tu zona de confort, es decir, evitas con todas tus fuerzas afrontar situaciones o hacer algo diferente. También te hace sentir a disgusto, en zozobra o con un malestar interno.

Evitar emociones desagradables, tanto como posponer una decisión, te hará sentir bien a corto plazo, pero lo que no sabes es que a mediano o largo plazo, la angustia se incrementará tanto que te puede paralizar o enfermarte, hacer que discutas acaloradamente con alguien o podrías tener un accidente (automovilístico, caerte, cortarte). Seguir lamentándote y rumiando tus desgracias, sufriendo situaciones intolerables, victimizándote y culpando a los demás, te estancará.

En un grado extremo, las personas culpan a los demás de todos sus infortunios. Cuando pelean con la mayoría de la gente a su alrededor (incluyendo a sus hijos pequeños), y están haciendo un gran esfuerzo para mantener una buena cara ante los conocidos, acabando agotado al final del día, es señal de que necesitan ayuda profesional urgente, porque además podrían estar padeciendo de un desequilibrio hormonal o bioquímico cerebral que afecta su conducta y emociones.

Si en tu vida hay algo que no te gusta, te aseguro que puedes mejorarlo, siempre y cuando cambies algo dentro de ti mismo. Algunas personas lo ven muy amenazador, pero un cambio interno es tan sencillo como hacer algo distinto, cambiar un hábito o una actitud, pensar diferente, aprender algo nuevo, inscribirte a un curso, ir a terapia. Así que esperar que los demás cambien es perder el tiempo, porque ellos no lo harán sin que antes tu realices los cambios necesarios en tu actitud o comportamiento sobre los cuales sí tienes el poder. No puedes controlar a los demás, pero a ti si. 

Salir de la zona de confort te permite aprender cosas nuevas, ser creativo y lograr tus sueños y metas, pero, ¿cómo?

Para lograrlo, necesitas reentrenar tu cerebro aprendiendo nuevas habilidades que te ayuden a:

1. Manejar tus emociones de una mejor manera.

2. Hacer más eficiente y racional tu forma de pensar para tomar decisiones efectivas y oportunas.

3. Necesitas identificar tus  reacciones, hábitos, actitudes y sus resultados, aun subconscientes.

4. Deshacerte de esos pensamientos y creencias que ya no te sirven, precisamente aquellos que te mantienen en tu zona de confort.  Es un entrenamiento en sí mismo.

Si quieres cambiar algo en tu vida, necesitas usar tu corteza cerebral para que tomes mejores decisiones y más creativas, pero el miedo podría impedirlo. Por ello, lo primero que necesitas hacer es admitir que sientes miedo, como por ejemplo sientes miedo a perder algo. Es una emoción natural del ser humano. Todos lo sentimos. La clave es que haces con éste. Si el miedo no es reconocido ni enfrentado hace que te auto sabotees y dejes pasar oportunidades. Admite que tienes miedo y enfréntalo de una vez por todas.

Por otro lado, tener un desequilibrio en tu bioquímica cerebral o si tu sistema de alerta está sobre activado, podrías sentirte irritable o hipersensible. Una falta de control emocional podría impedir tu equilibrio. Existen medicamentos o suplementos nutricionales que pueden ayudarte, pero también te ayuda la terapia cognitiva sola o en combinación con los anteriores. Los medicamentos alópatas para el sistema nervioso deben ser supervisados médicamente, aunque hay también medicina natural. El avance de la neurociencia ha comprobado que puedes mejorar el funcionamiento de tu cerebro por su plasticidad con terapia cognitiva conductual porque crea nuevas conexiones neuronales, ya que te ayuda a aprender nuevas habilidades, como manejar tus emociones, cambiar las creencias y pensamientos que te están generando conflictos con los demás o impiden que avances en tu vida hacia el logro de tus metas o bienestar integral.

Yo te preguntaría: ¿Qué quieres? ¿Estás listo para transformar tu vida y tener un nuevo comienzo? Haz algo diferente hoy mismo, aunque te equivoques, pero por favor haz algo pronto para tu felicidad. Si requieres ayuda profesional de un médico, terapeuta o especialista, no esperes a que “la soga te llegue al cuello.”

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