Por
Bertha Vasconcelos
Nada limita más el potencial de las personas que el miedo. Cuántas
personas talentosas que conocemos no alcanzan altas cimas, no consiguen sus
sueños simplemente por miedo. No porque les falte inteligencia, talentos,
preparación o experiencia, sino por vil y llano miedo. Es como si algo dentro
de ellas mismas les impidiera ser más creativas, ya sea para alcanzar sus
metas, para promoverse o para difundir sus productos/servicios. En ocasiones,
podríamos afirmar que una inútil humildad o una absurda timidez las detiene, y
no se lanzan hacia sus sueños, quedándose limitadas.
El temor es una emoción natural como todas las demás. Es racional porque
cumple con un objetivo, el de alertarnos de un posible peligro. Y también sigue
un continuo. Se convierte en miedo, después en ansiedad, angustia, y por último,
en pánico y fobia. El miedo puede llegar a paralizarnos y entonces será más
difícil salir del atolladero. Pero, ¿sabemos manejarlo?
Para manejar el miedo, antes que nada es preciso identificar si lo que nos
detiene para lograr nuestros sueños es miedo o es otra emoción, como culpa,
vergüenza o ira. Después, habrá que investigar más, ¿a qué o quién le tenemos
miedo? Aceptémoslo y completemos la siguiente oración: “Tengo miedo …” Después analiza si tus miedos son
infundados, subjetivos o realistas. ¿Qué probabilidades existen que suceda eso
“horrible que podría pasar”? ¿Estás adivinando el futuro o leyendo la mente de
alguien? ¿Estás catastrofizando? Piénsalo bien. Podemos inferir que algo podría
suceder, pero hasta no enfrentarlo no podemos asegurarlo. Tampoco podemos
adivinar con certeza lo que una persona piensa, siente o responderá.
¿Sabías que si temes algo, lo atraes como imán? ¿Te ha sucedido que no
quieres encontrarte a alguien y justamente te lo encuentras? Tampoco permitas
que tu mente se contamine con las malas noticias (que sí hay otra recesión, que si
se cayó la bolsa, que si otra crisis económica, que si la violencia, las
manifestaciones, el terremoto que se espera desde hace años y no llega, etc.), porque
te conectas a los miedos colectivos. ¡Imagina el poder que cobra el miedo producido
por las masas y motivado por solo algunas mentes!
Enfrenta tus miedos. ¿A qué temes? ¿Qué es lo que estás pensando que te genera
miedo? Para ayudarte a manejar tus miedos, piensa en lo peor que puede suceder
y escríbelo. Piensa y responde: ¿A qué le tengo miedo? ¿Miedo de hacer
algo diferente, a perder el amor o respeto de una persona, a equivocarme, a ser
feliz, a fracasar, al éxito, a perder el trabajo, a no tener dinero, a que se me acabe el dinero que tengo, a perder la aprobación de alguien, a sufrir, a
que me traicionen nuevamente, a que me tachen de egoísta o “loco,” a ser
imperfecto, a quedarme solo, a envejecer, a ser quien yo soy verdaderamente y
que puedan hablar de mi? Hay tantos tipos de miedos como personas en el
mundo.
El miedo también nos hace soberbios. Impide que seamos lo suficientemente humildes para atrevernos a buscar ayuda. Reconoce tus miedos y enfréntalos, eres un ser humano y el miedo estará ahí.
Te dejo con una
frase de Emerson:
“Sólo
hay una forma de aprender
las lecciones de la vida,
todos los días superar el temor.”
1 comentario:
Maravilloso artículo y muy acertado! El miedo es un gran obstáculo para lograr nuestros objetivos y metas! Se encuentra muy arraigado en muchas personas de tal forma que les impide AVANZAR HACIA SUS LOGROS. Para enfrentarlo, dices bien hay qwue reconocer como primer paso el reconocerlo y como mencionas en tu libro Manejo de emociones en la mujer. Gracias por enriquecer mi vida! Mtra. Psic Ma. Martha Avalos
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