Por Bertha Vasconcelos
La
evitación puede referirse a evadir emociones, pensamientos y conflictos. Algunas
conductas de evitación son todas las adicciones, como fumar, consumir drogas
legales e ilegales, beber en exceso, trabajar sin descanso, internet,
videojuegos, chatear, comprar compulsivamente, etc. Otras ejemplos de conductas de
evitación son: la infidelidad, autolesiones, renunciar a un trabajo por miedo a
ser despedido, romper una relación antes de ser abandonado, ceder para evitar conflictos, robar, embarazarse para salir
de casa, involucrarse en relaciones tormentosas, etc. Evitar disminuye la
ansiedad a corto plazo, pero trae muchos problemas a mediano y largo plazo, principalmente
en nuestras relaciones y la salud, que afectarán nuestra vida en general
exponencialmente. Digamos, que lo que se está intentando sofocar se incrementa
con el tiempo, como ejemplo, no se desea sentir miedo o tristeza y nos
embarcamos en alguna conducta que impide sentir la emoción temporalmente.
Para
mi consuelo y de mis lectores, les aseguro que todos lo hacemos porque así tiene que ver con las dos formas naturales de enfrentar el
estrés: luchar o huir (fight or flight), y a veces, nos congelamos.
Como ya no estamos en la era de las cavernas, lo que ocurre en la actualidad es
que nuestra primera reacción ante una amenaza –por ejemplo a nuestra autoestima
–podría ser defensiva, como alzar la voz y/o pelear (luchar), o bien, cedemos
y/o quedarnos callados (huir). Es decir, que de manera natural si no
peleamos, evitamos. En ocasiones, es adecuado ignorar los comentarios
sarcásticos y agresivos porque se trata de personas con quienes no nos unen
lazos afectivos. A lo que quiero llegar, es que para el ser racional existen
otras maneras de ENFRENTAR las situaciones problemáticas y son muy variadas, y
reitero, la palabra clave es ENFRENTAR, ya no huir ni luchar.
Cómo concluir lo que comienzas
Identifica si estás evitando o explorando. Se muy sincero contigo mismo, no te engañes. ¿Estás explorando tus capacidades, talentos e intereses o simplemente estás saliendo huyendo sin concluir lo que comienzas?
Te
ayudaré un poco a descifrarlo y al mismo tiempo a que no te engañes:
- ¿Te has propuesto una meta en el ámbito profesional/laboral? ¿Tus decisiones y acciones se dirigen hacia esa meta? Si tu respuesta es SI a ambas preguntas, no estás evitando. Si tu respuesta es NO, es primordial que te fijes una meta en esta área de tu vida. ¿Hacia dónde deseas llegar, o hacia dónde deseas dirigir tu trabajo? Tú puedes cambiar de área laboral o profesional más de una vez en tu vida. En Estados Unidos, las personas en promedio cambian de actividad profesional cuatro veces en su vida.
- ¿Tienes un sueño que no alcanzas a consolidar o ni siquiera has dado el primer paso para alcanzarlo? Si tu respuesta es SI, estás evitando. Puede ser que te estés saboteando, porque tal vez no te sientas merecedor o lo suficientemente bueno. ¿Qué esperas para empezar?
- ¿Deseas mejorar la relación con algún ser querido significativo en tu vida, pero no puedes por más intentos que haces? Si la respuesta fue SI, estás evitando. Es muy probable que no alcanzas a visualizar tu forma de relacionarte o comunicarte con ella/él. Antes de alejarte o dejar de hablarle, pondera las ventajas y desventajas de no enfrentar la situación desde otro ángulo, evalúa también las consecuencias a mediano y largo plazo de alejarte. Para mejorar nuestras relaciones es indispensable ENFRENTAR, no confrontar. Enfrentar es hablar, comunicarse, resolver problemas, llegar a acuerdos, desarrollar confianza mutua, etc. No estás sin poder, sin embargo es bueno recordar que las únicas personas con las que no se puede mejorar una relación son aquellas que padecen de algún trastorno psiquiátrico o de personalidad que necesitan tratamiento). Las otras personas con quienes no se puede lograr una relación sana son los psicópatas integrados o narcisistas que carecen de empatía y sentimientos. En esos casos, se recomienda el contacto cero.
Mi experiencia personal
Lo curioso es que en mi trabajo y profesión, pasé años enfocada y especializándome en el área de recursos humanos logrando éxito y reconocimiento, así como la meta que me había propuesto desde muy jovencita, que era llegar a ser cabeza de esta área, es decir, estar a cargo de la administración de los recursos humanos de una empresa. Cambié de trabajo con frecuencia por dos motivos muy simples: Cambios de residencia y porque mi creatividad requería expresarse. Así que cuando organizaba el área o concluía lo que se me había encomendado, era el tiempo de buscar nuevos horizontes que me permitieran expresar mi creatividad, potencial y otros talentos. Finalmente mi búsqueda me llevó a encontrar en el ser independiente una gran satisfacción y completa libertad, justo en lo que ahora me dedico, la psicoterapia, coaching, impartir cursos y escribir. En el área de mis sueños e intereses, pasaron varios años antes de dejar de explorar caminos diversos, para enfocarme y especializarme en estudios definidos. En una palabra decidí comprometerme conmigo misma, mis sueños y mi felicidad. Tal vez por ello, no me dedicaba aún a la psicoterapia y publicar. Porque mi actividad actual involucra un compromiso a largo plazo con mis lectores y clientes. Y el compromiso no se lleva nada bien con la evitación.
Recuerda, enfrenta, enfrenta, enfrenta; ignora lo irrelevante y todo comentario hiriente que provenga de quien no te ama.
"El fuerte perdona, pero el inteligente ignora."
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