Por Bertha Vasconcelos
Hace varias semanas una persona me sugirió escribiera un artículo sobre las consecuencias del abuso del teléfono celular en las relaciones de pareja. Pensé que era una excelente idea, ya que todos los días me son compartidas experiencias con la tecnología que resultaron negativas. Me llevó más tiempo del imaginado recolectar experiencias, armar las ideas de lo que deseaba decir como nunca, además de investigar del tema para encontrar experiencias similares a las que he visto.
Reconozco que las redes sociales son excelentes herramientas por su inmediatez y virtualidad para la comunicación, relaciones públicas, marketing, etc. Sin embargo, yo no hablaré de este rubro que no me compete, sino de su impacto psicológico en las relaciones interpersonales más cercanas.
También he observado mecanismos psicológicos que actúan detrás del abuso de los teléfonos celulares y/o redes sociales, así que decidí ampliar el efecto negativo en otras relaciones, como las familiares y amistosas.
VENTAJAS Y BENEFICIOS
DE LAS REDES SOCIALES
Pienso que la mayoría estamos familiarizados con las ventajas
de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, llámese Facebook, LinkedIn,
Instagram, Whatsapp, Twitter, Telegram, etc. Existe mucho escrito sobre las ventajas de
las redes sociales. Una de las principales es el poder reencontrarse con los
compañeros de escuela y/o de trabajos del pasado. Mantener grupos de chats con
la familia, amigos y/o colegas de una manera rápida y eficaz. Informar, dar una
noticia o hacer una petición alcanza a un gran número de personas en un lapso
muy breve de tiempo. Mandar un mensaje a alguien y saber que te responderá en
ese instante, es muy ventajoso. También se puede buscar trabajo usando
LinkedIn, a través del cual se puede hacer networking.
Podemos compartir fotos, estados de ánimo, frases, pensamientos, cualquier tipo
y un sinnúmero de información con amigos, contactos y seguidores en tan solo un
instante. Otras personas hasta pueden obtener apoyo emocional durante una
crisis emocional por parte de sus contactos. Todo esto ahora es increíblemente
fácil e inmediato.
Existen tantas opciones disponibles para comunicarse, que
podemos elegir entre todas ellas para comunicarnos con otros. Cada quien tiene
su red social favorita. Así que podemos determinar con precisión quienes son
las personas que nos responderán más rápido según su preferencia, ya sea por
correo electrónico, Whatsapp, Facebook, Twitter, teléfono o mensaje de texto. Hay
personas que entran a su correo personal de manera muy esporádica. Otras
reemplazaron Facebook por Whatsapp. Algunos detestan Facebook, pero si utilizan
Instagram. Los más jóvenes prefieren Facebook e Instagram como principal medio
de comunicación. Y hay otro grupo de personas a las cuales únicamente se les
puede localizar vía telefónica o por mensaje de texto.
No cabe duda que la tecnología ha cambiado nuestras vidas de
manera positiva, pero también negativamente como mostraré a continuación.
LA TECNOLOGÍA PUEDE
CONVERTIRSE EN UN MECANISMO DE EVITACIÓN
Para empezar necesitamos saber que los teléfonos inteligentes
con sus múltiples aplicaciones, como las redes sociales, al igual que las
drogas, estimulan el sistema límbico conocido como cerebro emocional. Significa
que su uso produce sensaciones placenteras de manera artificial como cualquier
otra adicción. Por ello las redes sociales son altamente adictivas. Aunado a
que la relación de pareja o familiar no genera satisfacción, será más atrayente
pasar tiempo en Whatsapp o Facebook, que enfrentar la situación para resolverla.
Dedicar demasiado tiempo estimulando el sistema límbico con
cualquier tipo de tecnología, es igual a beber alcohol, fumar, drogarse, comer,
comprar o tener sexo compulsivamente. Los psicólogos las conocen como conductas
de evitación. Las redes sociales o los juegos en el teléfono pueden ser
utilizados para evadirse. Sirven para evitar pensamientos o emociones
desagradables (depresión, tristeza, enojo, aburrimiento, apatía, ansiedad), así
como permite fácilmente evitar la relación directa con las personas con quienes preferimos no hablar.
Se han realizado varios estudios en universidades para estudiar
el efecto del uso de la tecnología en el comportamiento humano, inclusive ya existe
una publicación científica llamada Computers
in Human Behavior para divulgar los resultados de tales investigaciones
desde una perspectiva psicológica.
En un estudio con 300 estudiantes se encontró que aquellos
que utilizaban con más frecuencia sus teléfonos inteligentes, podrían presentar
ansiedad o depresión. Así mismo, su uso constante los coloca en mayor riesgo de padecer
angustia o depresión, sobre todo en los jóvenes que utilizan su teléfono como “objeto
de seguridad,” lo que les permite evitar experiencias y sentimientos desagradables.
Los autores advierten que el desconectarse de los problemas de la realidad, con
el paso del tiempo se puede convertir en una conducta de evitación. Y ello
impide que aprendan a enfrentarlos de una manera más sana que implica practicar estrategias
de afrontamiento más efectivas que el huir o evadir, tales como la asertividad,
resolución de problemas, comunicación y escucha activa, buscar ayuda, etc. Se concluyó que los teléfonos
celulares brindan seguridad y consuelo, pero el efecto es de corta duración. Por lo que depender de estos dispositivos para
reducir la ansiedad o tristeza impide que las personas desarrollen habilidades más
efectivas para afrontar las situaciones estresantes.
Muchos hemos caído en la trampa de entrar al Facebook o
Whatsapp y dedicarle más tiempo del planeado. Si se sorprende pasando demasiado
tiempo en éstos, pregúntese a sí mismo/a:
- ¿Qué estoy postergando?
- ¿De qué o quién me estoy evadiendo?
- ¿Me relaciono mejor por este medio o cara a cara?
EFECTOS NEGATIVOS DE LA
TECNOLOGÍA EN LA VIDA COTIDIANA
La televisión, el internet y las redes sociales reemplazan
una relación interpersonal cara a cara. Por la noche, podríamos estar más
interesados en ver nuestra serie favorita, entrar a Whatsapp o Facebook que
conversar con nuestra pareja, padres o hijos.
Surgen nuevos padecimientos como el Text Neck o “Cuello de
texto” y otras dolencias como el Síndrome del Túnel Carpiano que comenzó a ser
popular con el uso de la computadora.
El Whatsapp y el Facebook fomentan la codependencia (dependencia emocional), al
alimentar la obsesión por una persona. Podemos saber si alguien está en línea,
si recibió nuestro mensaje, si lo leyó, por lo que podemos contar los minutos,
las horas o los días que se toma en responder. Para un gran número de personas es muy molesto y
hasta descortés que alguien no responda un mensaje. Algunas personas se sienten
rechazadas o ignoradas al no recibir respuesta en Facebook.
Dependemos tanto de nuestro teléfono, que si lo perdemos es
una catástrofe, y pasamos por el proceso de duelo como con cualquier otra
pérdida significativa. Un estudio realizado en el Reino
Unido arrojó datos interesantes en los jóvenes que son privados de usar sus
dispositivos tecnológicos. Cuatro de cada cinco jóvenes presentaron malestar
físico y mental, confusión y una
sensación desagradable de aislamiento extremo. Lo que es
característico del síndrome de abstinencia producido por las drogas o el
alcohol. Ahora se le conoce como Nomofobia (abreviaturas de no-mobile-phone phobia),
un nuevo trastorno de ansiedad. Hace unas semanas me quedé sin Whatsapp por un día completo.
Al principio me sentí en una especie de limbo y desconectada del mundo. Al
final del día, me di cuenta que estuve conectada 100% a la persona con quien
pasé ese día, sin distracción alguna. ¡Recordé como era vivir sin Whatsapp!
En las parejas
El tiempo de pareja es indispensable en todas las relaciones
amorosas. Este incluye conversar sobre los eventos durante el día, tomarse una
copa o un café, cenar juntos, etc. Desgraciadamente actualmente este tiempo
fundamental para mantener una relación, es sustituido por los chats en Whatsapp
o Facebook con otras personas.
Al terminar la actividad laboral y llegar la noche, se
produce una magnífica oportunidad para propiciar un tiempo de pareja. Una
conversación que fomente la intimidad, la cual puede o no culminar en
apasionado romance. He sabido de un buen número de personas que se quejan de
que sus parejas se sumergen en su teléfono o tablet antes de dormir, lo que
molesta tanto que a cualquiera “enfría.”
Se ha comprobado que las redes sociales han
arruinado relaciones amorosas en adolescentes y adultos por celos, al
descubrirse mensajes o fotos que su pareja ha compartido con otras personas. Lo
peor es que, a veces se los mandan personas necesitadas de atención, sin que
haya nada de por medio y perjudican una relación estable. Aun las amantes sin
derechos pueden encelarse de los cónyuges. A nadie le gusta enterarse de eso,
muchos menos ver fotos que se graban en la mente de manera obsesiva generando
mucho sufrimiento emocional.
Y hay quienes dejan el
celular rápidamente cuando su pareja pregunta con quien chatea. Esta conducta
invita a sospechar, e incluso a revisar secretamente los teléfonos de sus
parejas. Si eres de los que lo hacen, no te sorprendas si te espían. Lo más
irónico, es que el infiel se enoje porque fue sorprendido.
Nunca antes ha sido más fácil descubrir infidelidades y
obtener evidencia física.
Peligros para todos
¿Sabías que el abuso de las redes sociales ha generado algo
que se llama estrés o fatiga de redes sociales en los adolescentes? Un estudio
encontró que el 61% de los jóvenes que respondieron a una encuesta se habían
dado un receso voluntario de Facebook por días o semanas, al menos en una
ocasión.
Hay tantos nuevos términos como los “huérfanos virtuales.” Se
refiere a los niños y adolescentes cuyos padres se la pasan demasiado tiempo en
su dispositivo tecnológico. Gran cantidad de niños y chicos que se quejan a
menudo de ello. Y me comentaba un padre que también los adolescentes se
convierten en “huérfanos digitales” por decisión propia. Se refería a los
chicos que ignoran a sus padres y hermanos por pasar demasiado tiempo con sus
dispositivos.
También ha sucedido que los niños en la pubertad tienen sueño
y están cansados durante el día, por lo que es muy probable que se están
pasando horas chateando con sus amigos o novio/a hasta altas horas de la
madrugada, sin que los padres se den cuenta.
Otro peligro para los niños, es que las características del
teléfono los inducen a adoptar conductas de adultos, tales como enviarse fotos
sexualizadas o que incluyan desnudez. Pero “si todos lo hacen.” Pero no porque
los demás lo hagan es lo apropiado para todos. Está comprobado que los medios
de comunicación favorecen la sexualización de las niñas, por lo que los padres
y madres necesitan estar alertas para educar, guiar y proteger a sus hijas. Los
niños corren peligro de ser contactados por pederastas, traficantes de personas
o delincuentes dedicados a la pornografía infantil.
En alguna ocasión, supe de un hombre que publicó en Facebook
todas las fotos de desnudos de una mujer con la que salía, causándole gran
estrés y choque emocional. Fue como una “violación cibernética", pero ahora
sabemos que todo lo que publicamos en las redes sociales, incluyendo fotos, son
del dominio público. Me contaban que unos especialistas en Seguridad
Cibernética afirman que publicar algo en las redes sociales es tanto como
publicarlo en la portada en la revista HOLA.
Los sitios de citas por internet pueden resultar inseguros porque
hay personas que publican fotos o datos falsos. Conocemos casos reales de
perfiles falsos con tal de conseguir una cita. Internet también ha dado lugar al crimen cibernético, que según
el FBI es el delito de la actualidad. Se presta a ser víctimas de fraudes a
partir de identidades falsas que se ocultan tras sitios caros, con direcciones
y nombres de empresas reales pero que no corresponden en la realidad.
Necesitamos cuidarnos mucho más que hace varios años.
En la Parte 2 de este artículo hablaré sobre lo más
perjudicial al usar los teléfonos celulares: Las peleas por mensaje.
Fuentes:
https://www.fbi.gov/espanol/historias/los-delitos-ciberneticos-mas-recientes
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_157819.html
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