“Trazarse una
meta no es suficiente, hay que mantenerse enfocado y sortear toda clase de
obstáculos y distracciones”
Los obstáculos nunca faltan. A
pesar de tener clara la meta, siempre existirán obstáculos que nos pueden
desviar del camino. Yo les llamo distractores
porque nos distraen.
Los distractores nos desvían del
rumbo elegido. Pueden tratarse de personas, situaciones, emociones,
enfermedades, imprevistos, en fin, se pueden presentar de diversas maneras.
Antes que nada, quiero
tranquilizarte diciendo que está bien desviarse y distraerte. Permítelo por un
breve periodo de tiempo, pero no te quedes ahí. Enfócate, no te disperses ni
distraigas con los dramas de corto plazo de la vida de las otras personas.
Cuando los distractores son
personas, es preciso que pongas en una balanza si vale la pena distraerte con ellas,
que pueden resultar molestas o tóxicas. Estas normalmente te roban de tu
energía. Cada vez que las ves o conversas con ellas, te sientes tan cansado que
ya no tienes ganas de trabajar en tus proyectos. Con frecuencia, los dramas ajenos
nos pueden distraer, tanto como los tuyos. Por ello, es importante que no
caigas en la aprehensión de los demás. Pregúntate sinceramente si hay una
persona en tu vida que continuamente te contagia de su ansiedad. Discierne si
siempre ha sido así, porque de haberlo sido, siempre lo será. Deja que las
personas adultas vivan su vida. Todos necesitamos superar nuestras propias
pruebas y sortear los obstáculos por nosotros mismos, tanto ellas como tu
mismo. Vive y deja vivir. Para no desviarte, aprende a soltar a todos y a todo.
Si solicitan tu ayuda, no te aboques a
rescatarlas. Ayudar es diferente a rescatar.
La familia puede distraernos con
sus discursos repetitivos. Trata de no engancharte emocionalmente para que
puedas apoyarles sin dejar de realizar tus objetivos. No dejes de vivir tu vida
por ayudar a tus seres queridos. Sentir culpa por pensar en ti o en tu propia
vida, podría provocar autocastigo, sabotaje, y ello te deprime, te baja la
energía. En lugar de sentirte culpable, toma responsabilidad de lo que sientes.
¿Estás enojado con alguien porque continuamente te distrae de tus proyectos y
tus sueños? Asume la responsabilidad de lo que sientes y pon a un lado la culpa
que te estorba.
Si eres fiel a ti mismo y te
relacionas con los demás desde esa honestidad, te sentirás lleno de vida y
entusiasmo. Si te sientes en paz, serás más amable contigo y los demás. Ser
amable es buscar el bienestar propio y el de los demás al mismo tiempo.
Otros distractores pueden ser
imprevistos desagradables, como una enfermedad tuya o de un ser querido. Por
supuesto que necesitarás tiempo y energía para dedicarte a sanar. O también
necesitarás apoyar a tu ser querido, visitándolo o cuidándolo. Eso está muy
bien. Pero si se trata de un proceso largo, incluye en tu rutina diaria un
tiempo para desestresarte, como el trabajar en tus proyectos. Esto es
importante para que no sientas que dejaste de vivir tu vida por atender a otra
persona. También te podría suceder que te deprimas cuando enfermas, eso es
natural, pero intenta seguir trabajando en tus proyectos, escribiendo o
conversando con las personas que te están apoyando a lograrlo. Intenta retomar
tus proyectos en cuanto sanes. Además ello mantendrá tu ánimo y motivación, lo que
puede ayudarte a sanar más rápido, o a enfrentar la enfermedad de tu ser
querido con mayor serenidad, y menos angustia o estrés.
En ocasiones, cuando las
emociones son muy desagradables (ansiedad, malestar, depresión), podrías
recurrir a una actividad que podría convertirse en una adicción porque estás
evadiendo tus sentimientos al buscar placer dentro de esta: Internet, whatsapp,
el trabajo, sexo, juegos, etc. Y estas actividades pueden convertirse en verdaderos
distractores porque dedicarás demasiado tiempo
a ellas en lugar de concentrarte en tus sueños.
Por último, cuando te des cuenta que estás
dramatizando, retoma tus metas y sueños. Lo único irremediable es la muerte.
Mientras hay vida, existe esperanza y soluciones.
Recuerda siempre:
Nadie más alcanzará tus metas por ti.
Nadie más perseguirá tus sueños con mayor pasión
que tu mismo.
Bertha Vasconcelos
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