4 de octubre de 2016

LO QUE TE DISTRAE DE TUS METAS


Trazarse una meta no es suficiente, hay que mantenerse enfocado y sortear toda clase de obstáculos y distracciones” 

Los obstáculos nunca faltan. A pesar de tener clara la meta, siempre existirán obstáculos que nos pueden desviar del camino. Yo les llamo distractores porque nos distraen.  

Los distractores nos desvían del rumbo elegido. Pueden tratarse de personas, situaciones, emociones, enfermedades, imprevistos, en fin, se pueden presentar de diversas maneras.

Antes que nada, quiero tranquilizarte diciendo que está bien desviarse y distraerte. Permítelo por un breve periodo de tiempo, pero no te quedes ahí. Enfócate, no te disperses ni distraigas con los dramas de corto plazo de la vida de las otras personas.

Cuando los distractores son personas, es preciso que pongas en una balanza si vale la pena distraerte con ellas, que pueden resultar molestas o tóxicas. Estas normalmente te roban de tu energía. Cada vez que las ves o conversas con ellas, te sientes tan cansado que ya no tienes ganas de trabajar en tus proyectos. Con frecuencia, los dramas ajenos nos pueden distraer, tanto como los tuyos. Por ello, es importante que no caigas en la aprehensión de los demás. Pregúntate sinceramente si hay una persona en tu vida que continuamente te contagia de su ansiedad. Discierne si siempre ha sido así, porque de haberlo sido, siempre lo será. Deja que las personas adultas vivan su vida. Todos necesitamos superar nuestras propias pruebas y sortear los obstáculos por nosotros mismos, tanto ellas como tu mismo. Vive y deja vivir. Para no desviarte, aprende a soltar a todos y a todo. Si  solicitan tu ayuda, no te aboques a rescatarlas. Ayudar es diferente a rescatar.

La familia puede distraernos con sus discursos repetitivos. Trata de no engancharte emocionalmente para que puedas apoyarles sin dejar de realizar tus objetivos. No dejes de vivir tu vida por ayudar a tus seres queridos. Sentir culpa por pensar en ti o en tu propia vida, podría provocar autocastigo, sabotaje, y ello te deprime, te baja la energía. En lugar de sentirte culpable, toma responsabilidad de lo que sientes. ¿Estás enojado con alguien porque continuamente te distrae de tus proyectos y tus sueños? Asume la responsabilidad de lo que sientes y pon a un lado la culpa que te estorba.

Si eres fiel a ti mismo y te relacionas con los demás desde esa honestidad, te sentirás lleno de vida y entusiasmo. Si te sientes en paz, serás más amable contigo y los demás. Ser amable es buscar el bienestar propio y el de los demás al mismo tiempo.

Otros distractores pueden ser imprevistos desagradables, como una enfermedad tuya o de un ser querido. Por supuesto que necesitarás tiempo y energía para dedicarte a sanar. O también necesitarás apoyar a tu ser querido, visitándolo o cuidándolo. Eso está muy bien. Pero si se trata de un proceso largo, incluye en tu rutina diaria un tiempo para desestresarte, como el trabajar en tus proyectos. Esto es importante para que no sientas que dejaste de vivir tu vida por atender a otra persona. También te podría suceder que te deprimas cuando enfermas, eso es natural, pero intenta seguir trabajando en tus proyectos, escribiendo o conversando con las personas que te están apoyando a lograrlo. Intenta retomar tus proyectos en cuanto sanes. Además ello mantendrá tu ánimo y motivación, lo que puede ayudarte a sanar más rápido, o a enfrentar la enfermedad de tu ser querido con mayor serenidad, y menos angustia o estrés.

En ocasiones, cuando las emociones son muy desagradables (ansiedad, malestar, depresión), podrías recurrir a una actividad que podría convertirse en una adicción porque estás evadiendo tus sentimientos al buscar placer dentro de esta: Internet, whatsapp, el trabajo, sexo, juegos, etc. Y estas actividades pueden convertirse en verdaderos distractores porque dedicarás demasiado tiempo a ellas en lugar de concentrarte en tus sueños.

Por último, cuando te des cuenta que estás dramatizando, retoma tus metas y sueños. Lo único irremediable es la muerte. Mientras hay vida, existe esperanza y soluciones.

Recuerda siempre: 

Nadie más alcanzará tus metas por ti.

Nadie más perseguirá tus sueños con mayor pasión 
que tu mismo.


Bertha Vasconcelos

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