22 de septiembre de 2016

¿SABES LO QUE REALMENTE QUIERES?

Bertha Vasconcelos





"¿Lo que quieres es un capricho, deseo o necesidad?

Enfocarte te será más fácil cuando definas que quieres."


Para lograr algo, lo que sea, necesitarás tener clara la visión del destino donde deseas llegar.

Antes de poder enfocarnos en una meta es preciso saber que queremos. Parecería obvio que todas las personas saben lo que quieren en todo momento, pero no es así. En ocasiones no sabes que quieres. Podría suceder que en el pasado lo sabías, y de pronto, en determinada etapa de tu vida, pierdes la brújula.  No saber que quieres no es raro ni vergonzoso.

El primer paso consiste en identificar lo que realmente quieres. Atrévete a clarificar tus anhelos y sueños, sin temores ni inseguridades. Me refiero a esos temores de que no lo lograrás (“Tengo miedo de no lograrlo”). Así como a las inseguridades que emanan de la falta de confianza en ti mismo, tales como dudas respecto a tus capacidades y habilidades para lograr aquello que te propongas (“No se si pueda lograrlo”). No contemples esos bloqueos al escribir que quieres.

Capricho, deseo o necesidad

Muchísimas personas no saben lo que quieren y lo pueden admitir, mientras que otras no diferencian entre capricho, deseo o necesidad. Hagamos la distinción de cada una.

Necesidad.- Es imprescindible. Surge de una carencia y nos moviliza hacia su entera satisfacción. Existen necesidades fisiológicas, de seguridad, afectivas, autoestima, logro, afiliación, poder. Realizar el potencial es una fuerte necesidad de utilizar los talentos, de crear o simplemente de dar un significado existencial a la vida. Las necesidades deben ser satisfechas para lograr el bienestar integral.

Deseo.- Para este fin, definiré el deseo como la ambición o anhelo por alguna cosa que se ansía obtener. Aquí estarían los sueños por alcanzar, pero deben representar la aspiración para crear, hacer algo que reporte inmenso placer, gozo y agrado perdurables. Podríamos prescindir de los deseos.

Capricho.- Es querer algo por quererlo. Refleja la infantil idea de que alguien sea de la manera que queremos, o que haga algo que queremos. Algunos ejemplos corresponden a las personas que desean que alguien las ame, haga algo o deje de hacer algo para que ellas se sientan mejor. Las expectativas juegan un rol importante para que una persona se frustre fácilmente, porque al no obtener que los demás hagan algo que desean, se enojan tanto que pueden hacer berrinche y mostrar arranques de ira. Definitivamente podemos prescindir de los caprichos para ser felices.

Por cierto, cuando aceptamos a las personas tal y como son, crecemos. Nos impulsa a dejar la necesidad caprichosa de tener algo que queremos, pero que no es posible porque no depende de nosotros. 

En lo personal, pienso que las metas que traen una satisfacción más completa, perdurable, profunda y trascendente, son aquellas que se originan de una mezcla del deseo y la necesidad. Probablemente también permiten el canalizar creativa o productivamente un capricho no satisfecho, un profundo anhelo, como el de ser amado (por la madre, padre, pareja, etc.).  

Clasifica lo que quieres

Determina si las ideas que llegan a tu mente son caprichos, necesidades o deseos. Desecha los caprichos, es decir, todo aquello que involucra que otras personas hagan algo que quieres porque ello no depende de ti. Quédate con tus necesidades y deseos. A continuación enlista lo que se te ocurra, y anota de lado derecho si se trata de una necesidad (N) o un deseo (D).

Tu bienestar dependerá de que tus necesidades sean satisfechas. Te ayudará hacerte las siguientes preguntas:

¿Tengo los ingresos económicos que necesito para vivir?
¿Cuento con una red de apoyo emocional?
¿Tengo calidad de vida?
¿Gozo de buena salud?
¿Vivo en un lugar donde me siento seguro?

Comienza por enfocarte en tus necesidades para hacer un plan de acción. Después sigue con tus deseos.

Si no sabes que quieres

Cuantas personas hay que “pican por aquí y por allá”, y no consolidan nada. En realidad no saben que quieren, van dando tumbos, coleccionando diplomas, libros, conocimientos, o tal vez, acumulando tristezas, decepciones y miedos que les impiden enfocarse en sus metas.

Cuando reconoces que no sabes que quieres realmente, te recomiendo empieces por identificar lo que no quieres. Esto te facilitará el definir a detalle lo que si quieres.

Si se trata de cambios de carrera, este proceso puede llevar más tiempo porque implicarán procesos de discernimiento y descubrimiento internos hasta consolidar tu visión. Sin embargo, cuando una persona se encuentra en transición se beneficiará de ponerse como meta el descubrir que quiere realmente. 

Divide una hoja de papel en dos columnas que se titularán LO QUE NO QUIERO y LO QUE SI QUIERO. Este ejercicio parecería fácil, sin embargo he visto con frecuencia que no a todas las personas se les facilita.

Por ejemplo, si una persona desea cambiar de empleo pero necesita determinar con precisión que buscará, escribirá algo parecido a esto: 

LO QUE NO QUIERO
LO QUE QUIERO
Un jefe injusto
Un jefe justo, de quien aprenda, buen líder, que admire, considerado
Compañeros mentirosos, chismosos
Compañeros agradables, respetuosos, amables
Hacer una hora de camino para llegar a mi trabajo y regresar a casa
Hacer máximo 40 minutos de camino a casa y viceversa
No tener tiempo para mi vida personal
Horario hasta las 6pm y los viernes salir más temprano



O bien, podría ser que una persona desea independizarse, y su hoja podría decir lo siguiente:

LO QUE NO QUIERO
LO QUE QUIERO
Un jefe tirano
Ya no tener jefe
Compañeros conflictivos
Alianzas profesionales de colaboración
Manejar en el tráfico por más de una hora
Home office
No tener tiempo para mi vida personal
Administrar mi tiempo para lograr un balance de vida y trabajo

Una vez que sabes lo que quieres, puedes fijarte una meta. Después elabora un plan de acción con sub-metas u objetivos que te lleven a lograrla paso a paso.

Cuando definas que quieres, enfocarte te será muy fácil. Establece prioridades y no te distraigas ni evadas con las trivialidades de lo cotidiano.

Recuerda: ¡Nunca pierdas de vista tu objetivo!

ARTICULOS RELACIONADOS:

¿NO SABE LO QUE QUIERE?

EL PODER DEL ENFOQUE

Imagen: © Olga Vasilkova | Dreamstime Stock Photos

No hay comentarios: