8 de agosto de 2025
LA ZONA DE CONFORT Y CÓMO SALIR DE ÉSTA
18 de julio de 2025
CREENCIAS, EMOCIONES Y PERFECCIONISMO
Las emociones nos hablan, y si no les hacemos caso, nos llaman la atención a través de accidentes (quemadas, cortadas, choques, domésticos, etc.) o incidentes desafortunados. La ira sigue una trayectoria que es necesario detener antes de que alcance su punto máximo, ya que ésta podría terminar en un acto violento. Cuando la violencia se revierte hacia uno mismo, se pueden sufrir accidentes.
En ocasiones, las personas creen que “sacar lo viejo” implica alejarse o evitar a las personas o las situaciones que las molestan, cuando en realidad “sacar lo viejo” se refiere a conductas, pensamientos, hábitos y creencias propias que ya no les sirven, por que no les han sido útiles para lograr su bienestar. Una acción efectiva en estos días podría ser el analizar sus pensamientos (claro, después de pensarlos), y preguntarse cuáles creencias, hábitos o historias preferidas son las que están manteniendo su infelicidad o enojo.
Los seres humanos perdemos de vista todo lo que tenemos, y a cambio hacemos un largo inventario (poco realista) de lo que no tenemos. La falta de dinero, salud, trabajo o pareja se convierte en un monstruo gigantesco que reduce a nada todas las cosas buenas que una persona tiene en su vida. Es como si la vista se nublara y solo se viera eso de lo que carece. Usualmente las personas desde afuera pueden ver más claramente lo mucho que una persona tiene y que ella misma no ve. Según David Burns, todos los seres humanos tenemos pensamientos distorsionados e ilógicos que nos hacen sentir mal, entre los cuales se encuentran “el hacer hincapié en los hechos negativos y soslayar lo positivo” e “insistir en que los logros o aspectos positivos de la personalidad no tienen valor.”
Para Albert Ellis, el primer paso para sentirse mejor consiste en aceptarse incondicionalmente, con todas las imperfecciones y dificultades, incluyendo trastornos emocionales, con el fin de poder trabajar en ellos y reducirlos o eliminarlos, seamos o no amados y aceptados. De no aceptarse, Ellis afirma que las personas se despreciarán y se deprimirán o enojarán aun más.
Cuando entendemos que las reacciones emocionales se originan de nuestras creencias, conscientes o inconscientes, o de las interpretaciones que hacemos de los eventos que nos ocurren, podemos mejorar nuestro estado anímico. Esto quiere decir, que no nos sentimos enojados o deprimidos por lo que sucedió, sino por lo que pensamos de eso que aconteció. Cuando pensamos que lo que nos está sucediendo es “horrible,” nos sentiremos deprimidos o enojados, por que es nuestro sistema de creencias el que realmente está generando la emoción. Los pensamientos automáticos representan el entramado de nuestras creencias, por lo que brotan ante cualquier situación que nos intimide o desagrade.
El perfeccionismo, el debería, tengo que y los hubiera, son creencias irracionales, a veces inconscientes, que se convierten en verdugos implacables, provocando emociones intensas y esclavizando al individuo por llevar una vida “perfecta,” la que considera la ideal. Se caracteriza por rigidez, intolerancia, autocrítica y dogmatismo, provocando que el miedo al fracaso cause estrés. Los logros nunca son suficientes y solamente cuando se alcanzan se gana el respeto o el amor de los demás. El perfeccionismo hace que las personas sientan que deben mostrarse fuertes y cuando cometen un error se sienten fracasadas o que algo está mal con ellas.
Ellis afirma que las creencias irracionales hacen que las personas esperen, exijan o sientan la obligación de ser o hacer algo, cuando lo deseable sería que deseen o prefieran realizar una acción. La creencia de que podemos exigir de los demás y que están obligados a dar lo que deseamos, provoca frustración cuando no obtenemos lo que deseamos. Para Ellis, pensar que la vida es horrible conduce a la autoderrota por su absolutismo, por lo que sería más sano simplemente lamentar que las cosas son de esa manera y enunciar que no son como quisiéramos, lo cual nos devolvería el control hacia lo que si podemos cambiar.
Una vez que analizamos nuestros pensamientos, nos liberamos del perfeccionismo y cambiamos nuestras creencias, podremos disfrutar del aquí y ahora, del único tiempo del cual disponemos. No podemos cambiar el pasado, y el hoy nos permite crear el futuro que aun no llega. Cada paso que demos hoy hacia nuestra meta, por más pequeño que sea, se acumulará hasta lograr el objetivo que nos hemos propuesto. La vida es… como es.
23 de junio de 2025
APRENDIENDO A MANEJAR LA “GRILLA“ EN EL TRABAJO
Escala del Estilo Personal de Política: Dependiendo de su estilo de política, preferirá un ambiente organizacional muy politizado o no. La sobrevivencia de su carrera depende que juegue el tipo de política que prevalezca en su organización.
- Atmósfera amigable
- Conflictos poco usuales y breves
- El éxito no se logra a costa de alguien más
- Ausencia de subgrupos
- Negación de que existe política
- Da la impresión que se siguen las reglas
- Conflictos usuales pero breves
- Presencia de subgrupos
- Conflictos frecuentes y persistentes
- Las sanciones se aplican solamente si son convenientes
- Los subgrupos están claramente definidos
- Lo importante es “a quien conoces y no lo que sabes”
- Conflictos frecuentes, duraderos y persistentes
- Las metas se logran dando la vuelta a los procedimientos formales
- Todos desconfían de todos y se cuidan las espaldas
- Un Recurso para hacer que las cosas sucedan ante la resistencia
- Un Medio para salir adelante
- Una Recompensa por haber logrado que las cosas se hayan hecho.
¿Qué le proporciona poder?: La posición que ocupa, la información a la cual tiene acceso, sus talentos, sus cualidades personales, su experiencia, su conocimiento, los recursos que controla y/o las relaciones que tiene y mantiene.
Ser profesional implica cumplir con compromisos y ofrecimientos con eficiencia, competencia, calidad y en tiempo. Ser cortés con todas las personas, no importa su nivel jerárquico o socioeconómico. Incluye la apariencia, actuación, conducta, fijar límite, responsabilidad, puntualidad, disciplina, respeto a la confidencialidad, gramática, contestar llamadas y correos. Conlleva disponibilidad para colaborar, así como para compartir información y expertis, dar trato justo y respetuoso a todos, tratar asuntos impersonalmente, mantener la visión completa, fomentar el trabajo en equipo, satisfacer tanto a clientes internos como externos, así como el orden, limpieza y organización del lugar de trabajo. La clave es: CONGRUENCIA.
6. Disminuir las Brechas: Desarrollo de Competencias Gerenciales.- La forma de conocer las brechas, es conociéndose. ¿Qué competencias posee y a qué nivel las domina? ¿Conoce cuáles competencias requiere su puesto y a qué nivel? Las brechas entre ambos perfiles (individual y del puesto) son sus necesidades de desarrollo. Su evaluación individual, obtenida ya sea por 360º, Assessment Center, DISC, MBTI, Human Side, Entrevista por Competencias o Conductual, etc. le proporcionarán una comparación entre sus fortalezas y sus áreas de mejora y los requerimientos del puesto. La clave es CONOCERSE.
- Para gestionar a los demás hay que saber gestionarse a sí mismo
- Para comprender las emociones y sentimientos de los demás hay que comprender los propios.
- Para inspirar integridad, hay que ejemplificarla en nuestra actuación.
- Mantenga a sus amigos cerca y a sus enemigos todavía más cerca.
- Tómese el tiempo de pensar las cosas y reconocer sus emociones, antes de responder.
- Documente lo que se habló en sus interacciones con la persona, y guarde correos, comunicados, etc.
- Anote cuáles fueron sus ideas y cuáles de él/ella.
- Envíe copias de estos documentos a alguien de su confianza, si es necesario.
- No juegue su juego. Evite pasar tiempo a solas con esta persona, hágase acompañar de
- alguien.
- Solicite su opinión, hágale sentir que es valiosa para usted.
- Siga los procedimientos y trámites formales. Insista en seguir las reglas establecidas.
- No se preste a realizar algo que le suene sospechoso. No acepte favores que no solicitó o que
- tengan un precio que pagar muy alto.
- Si alguien le pide que realice algo poco ético, es muy probable que esa persona sea así en sus
- tratos con usted.
- Confronte la situación, no la evite.
- No ceda ante amenazas u otros tipos de manipulación.
- Blanchard, Kenneth. Cierre las Brechas, Norma 2002
- Bramson, Robert. What Your Boss Doesn´t Tell You Until It´s too Late.
Simon & Schuster 1996
- Branden, Nathaniel. La Autoestima en el Trabajo, Paidós 1999
- Fuller, Robert. Somebodies and Nobodies, Overcoming the Abuse of
Rank, New Society Publishers 2004
- Hawley, Casey. 100 Tactics for the Office Politics, Barrons 2001
- Reardon, Kathleen. The Secret Handshake, Doubleday 2001
- Simon, William and Simon, Rosemary, Office Politics for the
Utterly Confused, McGraw-Hill 1999
4 de junio de 2025
CULPAR A LOS DEMÁS
Por Bertha Vasconcelos
Cuando alguien te culpe de su conducta ...no le creas
Culpar a los demás de nuestros errores es desviar nuestra
responsabilidad a esas personas porque la madurez implica asumir las
consecuencias de nuestra conducta y decisiones, por lo que tampoco es válido
culpabilizar a otros de nuestras emociones y reacciones.
Por ejemplo, cuando decimos: “Me haces enojar,” a
pesar de ser una expresión muy común, es incorrecta. Para tomar la
responsabilidad de nuestras emociones, a cambio podríamos decir: “Cuando no
sacas la basura, me enojo” o “Me molesto cuando te quedas callada.” Esto quiere
decir que nadie puede hacerte sentir una emoción si tu no quieres, ni nadie es
capaz de sentir una emoción por otra persona. Cuando nos enojamos es nuestro
enojo, así como cuando alguien se irrita es su enojo y de nadie más.
Para tomar la responsabilidad de nuestros
sentimientos y pensamientos, es necesario hablar en primera persona, como
cuando usamos expresiones como: “Se siente tristeza”, en lugar de decir:
“Siento tristeza.”
Siempre tenemos la libertad de elegir cómo queremos sentirnos. Nadie es responsable de nuestras reacciones, pensamientos, sentimientos, emociones, decisiones o comportamiento, tanto como no somos responsables de las reacciones, pensamientos, sentimientos, emociones, decisiones o comportamiento de los demás. Aunque tampoco se espera que una persona le diga a un ser querido que sus emociones no son su problema o que no le importa su opinión.
Puede suceder que una persona se molestó por algo que dijimos sin la intención de molestar, inclusive nos puede sorprender su enojo o rencor. Nosotros NO somos responsables de su reacción, pero SI somos responsables de nuestra reacción a su molestia (reacción), tal vez podríamos ofrecer una disculpa para restaurar la comunicación con esa persona y no iniciar una discusión que no lleve a ningún lugar. Para ello necesitamos empezar por no culpar a esa persona por sentirnos ofendidos, lo que ayudará a evitar resentimientos. No me refiero a que las emociones deban reprimirse, de ninguna manera deberán ser ignoradas o enterradas porque esto provoca desgaste en las relaciones, y a la larga podría causar enfermedades, rupturas que pudieron evitarse. Si somos inteligentes emocionalmente, reconoceremos y validaremos las emociones propias, pero también las emociones de los demás, lo cual se logra a través del autoconocimiento y la autocomprensión, y hacia los demás, será necesario ser empáticos.
Cuando las personas tomamos responsabilidad de nuestras emociones, decisiones y conducta, nuestras relaciones serán más fáciles y saludables.
Culpar es una distorsión del pensamiento
Las distorsiones cognitivas o del pensamiento son
maneras erróneas de procesar la información. Todos presentamos alguno o varios
tipos de distorsión cognitiva, por lo que identificarlas nos ayudará a pensar,
actuar y tomar decisiones más objetivas. Algunas de las distorsiones del
pensamiento son etiquetar, sobregeneralizar, adivinar, suponer, catastrofizar,
minimizar, la culpabilidad, falacia de control, falacia de cambio, entre otras.
A continuación presento la explicación de las relacionadas con culpar o hacer
responsable a lo externo:
- Culpabilidad: Culparse a sí mismo de algo
que no es de nuestra entera responsabilidad, o bien, culpar a otras
personas sin tomar en cuenta el grado en que nuestras propias actitudes y
conductas contribuyen al problema. Ejemplos: "Yo tengo la culpa de
que me insultara." "Mi mamá tiene la culpa."
- Falacia de Control: Creer que uno tiene el
total control o responsabilidad de las situaciones, o pensar que uno
no tiene ningún control y no puede hacer nada al respecto. Ejemplos: “Yo
no lo maté, pero soy responsable.” “Yo soy así y no hay nada que pueda
hacer.”
- Falacia de Cambio: En situaciones
problemáticas pensar que no podemos hacer nada a menos que la otra persona
o las circunstancias cambien. Estamos dejando la responsabilidad de
nuestro actuar afuera. Ejemplos: "Cuando mejore la economía,
encontraré trabajo." "Cuando mi pareja reconozca su error, lo
perdonaré."
Siempre podemos
elegir la actitud o postura que deseemos tomar ante las diversas circunstancias
de la vida.
Culpar a los demás es victimizarse
Todas las personas nos sentimos víctimas ante la
adversidad. Está bien sentirse víctima, pero no por demasiado tiempo, necesitamos
sobreponernos y tomar responsabilidad de nuestra actitud ante las
circunstancias. De nosotros depende cómo afrontar los reveses que la vida nos
presenta.
Dejar de victimizarse es similar a un animal que ha
sido herido. Cae al suelo, evalúa el grado de gravedad del daño recibido, lame
sus heridas hasta sanar para así poder levantarse y caminar de nuevo. La vida
en ocasiones nos manda situaciones o eventos que nos tira al suelo, y poco a
poco nos vamos levantando hasta sobreponernos a los golpes recibidos.
Todos tenemos libertad de elegir. Nadie nos obliga
a tomar nuestras decisiones, aunque en ocasiones, nos sentimos tentados a
culpar a los demás. Por ejemplo, cuando los hijos adultos acusan a sus padres
de sentirse miserables porque fueron demasiado autoritarios o demasiado permisivos,
o bien, cuando los jóvenes estudiantes culpan a los maestros de su falta de
atención en la clase o de sus calificaciones bajas, porque dicen que no le
agradan al profesor, que no supo mantener su atención o cualquier otro
pretexto.
Es recomendable no victimizarse y ser responsable,
lo que significa asumir las consecuencias de las decisiones propias.
Responsabilizarnos nos permite recuperar nuestro poder personal para dejar de
ser víctimas de las circunstancias.
Creencias erróneas relacionadas con culpar a los
demás
El Dr. Albert Ellis identificó tres creencias
irracionales básicas que tenemos los seres humanos respecto de sí mismo, de los
demás y del mundo, que en su opinión originan los trastornos emocionales:
1. Necesito ser capaz y ser aprobado por los
demás.
2. Las personas deben actuar de manera considerada
y justa hacia mi, y si no actúan así, deben ser castigadas.
3. La vida no debe tener complicaciones y el mundo
es un lugar en donde es difícil vivir.
Estas creencias colocan nuestro poder personal
afuera de nosotros cuando somos nosotros mismos quienes nos debíamos dar el
auto respeto, aprobación, reconocimiento y trato justo, para no esperarlos de
los demás. Debido a estas creencias, un ataque o una ofensa recibida detona el
impulso de culpar, vengarse y castigar. Si este impulso negativo no encuentra
salida con una victoria, perdonar a la persona o a través de la expresión
adecuada de la emociones, se convierte en resentimiento al sentirse
impotente de responder.
Culpar al mundo de nuestra infelicidad nos despoja
de nuestro poder. La vida es como es, no como queremos que sea. Albert Ellis
dijo: “Los problemas y la infelicidad de la humanidad se deben a dos palabras:
¡Es horrible!” Mi papá decía sabiamente: “Así es la vida y la vida es así.”
Comportamientos por los que no se debe
responsabilizar a los demás:
- Ser infeliz
- Consumir drogas, alcohol,
etc.
- Mentir
- Robar
- Ser infiel
- No hacer las tareas
escolares, no estudiar para los exámenes
- Cometer crímenes, delitos
- Ser grosero, hostil
- Etc.
Las conductas anteriores son decisiones que toman las personas porque no
han encontrado la manera de enfrentar los problemas en su vida y/o no miden las
consecuencias a mediano o largo plazo. Asumir la responsabilidad propia,
permite hacer algo al respecto para cambiar, reparar el daño, rehabilitarse o
reencaminar la vida.
Los padres y madres no debían sentirse
culpables por:
- Las peleas entre los hermanos
- Enfermedades ni padecimientos
de sus hijos
- Identidad de género,
orientación sexual de sus hijos
- Conductas impredecibles de
sus hijos adultos
- Decisiones o elecciones
equivocadas
No se debe culpar a las víctimas/sobrevivientes de:
- Desastres naturales
- Fraudes, estafas, robos
- Secuestro
- Tráfico/Trata de personas
- Todo tipo de violencia
- Abuso de menores
- Homicidio
- Difamación
- Violación
- Otros delitos (delitos intimidad,
dolo y mala fe, etc).
Algunas personas externas y cercanas a las víctimas paradójicamente
tienden a culparlas de manera automática. Los pensamientos o comentarios más
comunes son: “En que estaría metido,” “Cómo no se dio cuenta antes,” “Por qué
se dejó,” “No es muy inteligente,” “Por qué no le dijo a sus papás”
A esto se le llama re-victimizar, que significa
hacer que el perjudicado se convierta nuevamente en víctima debido a la
incomprensión de la sociedad y las fallas del sistema jurídico, además ocasiona
que la víctima reviva la experiencia traumática y asuma
nuevamente el papel de víctima.
En conclusión, hacernos responsable de las
situaciones que podemos controlar da sentido, sin embargo, es aconsejable no
sentirse responsable por las situaciones que no se pueden cambiar. Además es
fundamental devolver su responsabilidad a las demás personas para no aceptar ni
cargar con culpas que no son nuestras.
Todos podemos aprender a ser
responsables y dejar de buscar culpables en nuestras relaciones
interpersonales. A eso se le llama madurar.
Serie recomendada:
Intimidad
Bibliografía
1.
Bertha Vasconcelos. Manejo de emociones en las mujeres. Editorial
Trillas
2.
https://psicologiacoaching.blogspot.com/2009/11/recupere-su-poder-personal.html
3.
https://psicologiacoaching.blogspot.com/2009/11/como-recuperar-su-poder-personal.html